lunes, 25 de abril de 2011

LOGO DE LA MUNICIPALIDAD DE INDEPENDENCIA LIMA PERÚ

Por favor este es el logo, completo, no por partes, tampoco debe cambiarse el modelo, gracias.

LECTURAS OBLIGATORIAS PARA UN BUEN GOBERNANTE


V.-

lecturas obligatorias
para un buen Gobernante:


(Del Libro “Urgente, Se necesita un buen Alcalde”
Autor Jesús Cocha Zavaleta


Quien lee: Se instruye,
y quien se instruye:
Es un sabio.

(Autor: Anónimo)


P
ancho Villa, fue un campesino pobre, huérfano y con escasa educación, cuando estalló la Revolución Mexicana de 1910 llevaba varios años fugitivo en las montañas, acusado de haber eliminado a uno de los propietarios de la hacienda donde trabajaba. Pancho Villa se unió a Madero en su lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz, y demostró una habilidad innata para la guerra. Aprovechando su conocimiento del terreno y de los campesinos formó su propio ejército, con el cual contribuyó al triunfo del movimiento revolucionario.

En el Perú, Andrés Avelino Cáceres, el “Taita Cáceres” para muchos de nuestros abuelos, había estudiado, tenía preparación, estudios, pero su ejército era analfabeto, no entendían derecha ni izquierda, y unos dicen que les tuvo que poner cancha a la derecha y queso a la izquierda para que aprendan rápido. Otros dicen que les puso un trapo negro a la derecha y, al otro lado, a la izquierda, un trapo blanco (En quechua yana es negro y yurax es blanco). Por tanto, Cáceres les decía “yana” y le  entendían derecha, les decía “yurax” y entendían izquierda. Eso me lo enseñó mi padre. De manera que así, Cáceres demostró que un líder puede tener un ejército analfabeto, pero igual alcanzar victorias importantes como las tuvo. De manera que mucho importa el líder, el que va al frente, el que enseña, el que tiene la responsabilidad de dirigir y sabe hacerlo.

Los dos ejemplos, uno de un líder, analfabeto, hasta sin eso que se llama “cultura” pero con un gran valor y conocimiento de la realidad, y el otro: Un líder que supo preparar a un ejército analfabeto, demuestran que para liderar un ejército o un grupo humano no siempre es requisito indispensable haber salido como profesional de una universidad.

Para aprender de un libro basta con saber leer. Por eso, en este capítulo el objetivo es promover la lectura, principalmente de los alcaldes, regidores y funcionarios, y de quienes desean ser autoridades municipales; quienes deberían leer no uno, sino varios libros, adecuados a la función que realizan o pretenden realizar.

Una de las principales obligaciones de una autoridad local, debe ser la lucha contra la corrupción. Muchos dirán que deben trabajar en la erradicación de la basura. Por eso el tema de la basura se tratará en un capítulo aparte. Aunque es un deber señalar esa pus que brota cada vez que se presiona: La corrupción, y que la mayoría de los ciudadanos conscientes del Perú sienten como una lucha obligatoria en las actuales circunstancias.

Sin embargo, en estos tiempos, resulta muy difícil hablar contra la corrupción. A todos los que luchan contra ese mal se les califica hasta de tontos, ilusos, y no saber aprovechar igual “como muchos otros han hecho”.

Quienes han sido alguna vez testigos de rendiciones de cuentas, recordarán que (Autoridades y/o dirigentes de asociaciones) cuestionados por una mala gestión, y por haber dilapidado el dinero que debían guardar, dijeron: “En otros tiempos también ha sucedido eso, no pasó nada con los otros, por qué me reclaman ahora”, lo cual molesta a quienes no aceptamos que la corrupción avance.

Hasta el Presidente actual, cuando los habitantes de la Selva Peruana reclamaban por sus tierras, y se presagiaba lo que sucedió en Bagua, el 5 de junio 2009; se atrevió a escribir en el Diario “El Comercio”: “El síndrome del perro del hortelano”. Para muestra, un par de párrafos:

“Pero la demagogia y el engaño dicen que esas tierras no pueden tocarse porque son objetos sagrados y que esa organización comunal es la organización original del Perú, sin saber que fue una creación del Virrey Toledo para arrinconar a los indígenas en las tierras no productivas”.

“Este es un caso que se encuentra en todo el Perú, tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto su propiedad es aparente. Esa misma tierra vendida en grandes lotes traería tecnología de la que se beneficiaría también el comunero, pero la telaraña ideológica del siglo XIX subsiste como un impedimento. El perro del hortelano”.

Ese mensaje “no comen ni dejan comer”, ha sido ofensivo contra los habitantes de la selva peruana. Pésimo intento para justificar la lotización de la Amazonía y su entrega a capitales extranjeros. Más lo peor es que parte de la población cree ser de “primera clase” y no como “los nativos que son de segunda y hasta de tercera categoría”.

Como este libro centra su objetivo en las entidades públicas (más concretamente en las municipalidades), se opina en función de lo que pasa en su interior. Porque ya es una constante que cada vez que se convoca a elecciones municipales o presidenciales, se presentan candidatos de todo tipo, y todos proponen que van a ser honrados y transparentes.

Tenemos casos muy recientes; todavía está en las memorias ese candidato que ofreció “Honradez, Tecnología y Trabajo”. De tecnología dejó muy poco, de honradez fue uno de los más corruptos de la historia reciente, y vaya que dio trabajo para sacarlo del poder, y todavía dará más trabajo para seguir juzgándolo y, peor para seguir manteniéndolo en “cárcel dorada”.

Sin embargo existe un  serio problema. En el Perú se lee muy poco, somos uno de los países con el más bajo índice de lectura en Latinoamérica. Por eso, proponer leer y que se tome en cuenta el valor de la honradez, la lucha contra la corrupción, los valores, etc. resulta difícil, pues algunos cerrarán este libro, lamentarán haberlo comprado, y hasta dirán “por qué el autor se mete en este tema”…y seguramente habrán aprendido (equivocadamente) del actual Presidente, y repetirán su ya famosa frase del “perro del hortelano”: ni come, ni deja comer”.

De seguro será peor si se presenta un resumen de las diferentes Leyes. Códigos de Ética, Reglamentos y Sanciones contra los corruptos. Posiblemente así no se motivará la lectura, pues en el Perú se estudia con unas Leyes, se termina la Universidad con otras y, se ejerce la carrera profesional con nuevas Leyes, además de cambios y más cambios que, desde los tiempos de la abuela se repite: “En el Perú…hecha la Ley, hecha la trampa”.

Por eso se utiliza otro método: Volver a leer cuentos, capítulos de varios libros, fábulas, novelas y, todo aquello que se aprendió en casa, gracias a esa formación de valores que enseñaron María Zavaleta Mejía y Ángel Cocha Cano (padres del autor del libro). Por supuesto también los Profesores y los Auxiliares de Educación de antaño, quienes brindaron una educación y formación que todavía se recuerda y agradece; Aquí se presenta esta síntesis:

1
 Manuel Scorza Torres, en su famosa obra “Redoble por Rancas” (1970) escribió en su primer capítulo:

“La historia de una moneda”, la que se le cayó al juez Francisco Montenegro, en Yanahuanca, Cerro de Pasco (La Ciudad ubicada en la parte más alta del mundo). “El pueblo tuvo miedo levantar esa moneda, “porque eso se tiró para probar si en el pueblo somos honrados”. De manera que nadie recogió la moneda, por más que llovía. Incluso, la procesión pasaba por su costado. Hasta se nombraron comisiones para avisar a los vecinos de otras comunidades para que cuando pasen por ese lugar no recojan la moneda. Uno de los vecinos, envalentonado por el licor, se atrevió a recogerla, y su mujer lo despertó desesperada para que “vaya a dejar la moneda en su sitio”, y así fue, hasta que el mismo Juez que la tiró (o se le cayó) después de un año, pasó por el lugar, la recogió y en la noche dijo entre sus amigos “hoy, me he encontrado una moneda”. Por fin el pueblo suspiró: “La honradez de ellos había quedado demostrada”.

En nuestras comunidades, ahí en ese Perú profundo, en ese Perú no oficial, ahí donde hay que ser muy fuertes para llegar, ahí también están los honrados que el Perú necesita para progresar. Recordemos: Los corruptos llegaron con Pizarro y su banda de conquistadores, y dejaron una pésima enseñanza, la cual todavía es difícil cambiar.

2
 Pedro Pablo Sacristán, presentó un lindo cuento “Las honradas mariquitas”:

“Las mariquitas al principio no tenían sus famosos puntitos negros. Estuvieron a punto de desaparecer cuando eran guiadas por “Cayus Insectus”, y una tormenta inundó el camino por el que viajaban. Las pocas que sobrevivieron tuvieron que elegir al sustituto del guía, desaparecido entre las aguas, y decidieron que lo sería quien primero llegara al lago de la región Sur y regresara para describirlo”.

“Las mariquitas se lanzaron a la aventura, y poco a poco fueron regresando, contando lo bello que estaba el lago en aquella época del año, hasta decían que tenía sus aguas cristalinas, lleno de flores y hierba fresca en sus orillas. Pero la última de todas ellas tardaba en llegar. La esperaron hasta 3 días, y cuando regresó, llegó cabizbaja y avergonzada, pues no había encontrado el lago. Todas criticaron la torpeza y lentitud de la joven mariquita, y se prepararon para continuar el viaje al día siguiente”.

“Siguiendo al nuevo guía, caminaron toda la mañana hacia el Norte, hasta que al atravesar unas hierbas espesas y altas: Encontraron el Gran Lago y no tenía ni flores, ni hierba, ni aguas cristalinas. Las grandes lluvias lo habían convertido en una gran charca verdosa rodeada de barro”.

“Todos comprendieron al momento la situación, pues al ser arrastrados por el río habían dejado atrás el lago sin saberlo, y cuantos salieron a buscarlo lo hicieron en dirección equivocada. Todos, menos la mariquita tardona habían mentido, lo hicieron por convertirse en Gran Guía, no les había importado mentir para conseguirlo; e incluso llegaron a comprobar que “Cayus Insectus” había llegado a aquel puesto de la misma forma: Mintiendo”.

La mariquita tardona, la única que demostró ser honrada y en quien de verdad confiaban, se convirtió en Gran Guía. Y decidieron que cada vez que una de ellas fuera descubierta engañando, pintarían un lunar negro en su espalda, para que no pudiera borrarlo, ni tampoco verlo. Desde entonces, cuando una mariquita mira a otra por la espalda, ya sabe si es de confiar por el número de lunares que tiene”.
“Como las mariquitas, también las personas pintan lunares en la imagen de los demás cuando no muestran su honradez. Y basta con tener un sólo lunar negro para dejar de ser un simple insecto rojo y convertirse en una mariquita. Así que, por grande que sea el premio, no hagamos que nadie pueda pintarnos ese lunar”. Moraleja: La honradez debe ser valorada por todos, pues su falta nos hace romper la confianza; y no merece la pena ponerla en juego, pues terminaremos con un lunar negro o varios lunares negros en nuestras espaldas”.

3
Bueno, se ha comentado sobre el valor de la honradez, ahora es el turno de resaltar el valor del trabajo bien hecho. Ese que el pueblo siempre reclama, y no les falta razón.

“La historia de los tres cerditos”

“En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre los perseguía intentando comérselos. Para cuidarse, los cerditos decidieron hacerse (cada uno) su casa. 1) El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar. 2) El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él. 3) El mayor trabajaba en su casa de ladrillos, les reclamaba a sus hermanos y les advirtió el peligro de construir casas débiles para cuando viniera el lobo, pero nada, los cerditos pequeño y mediano seguían jugando”.

“El lobo, apenas tuvo ocasión, salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, el lobo sopló y sopló y la casita de paja se derrumbó. El lobo persiguió al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano, el lobo sopló y sopló y la casita de madera se derribó. Los dos cerditos salieron corriendo de allí, y casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor”.

“Los tres cerditos ya estaban dentro de la casa de ladrillos y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por donde entrar. Con una escalera trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor ya había puesto al fuego una olla con agua. El lobo descendió por el interior de la chimenea, cayó sobre el agua hirviendo, y tuvo que huir dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque”.

Seguramente esta lectura motivó recordar la niñez de todos; pero la reflexión o moraleja no debe ser que el lobo malo no se pudo comer a los cerditos buenos. Por favor, hay que  reflexionar sobre el valor del trabajo bien hecho. Por eso las autoridades y funcionarios deberían leer varias veces este cuento de niños que debe ser un cuento obligatorio para quienes pretenden ser Alcaldes, Regidores ó Funcionarios. Inclusive los mismos trabajadores municipales y del sector público, sin excepción.

Entonces, para ser buenas autoridades es imprescindible ser honrados y coordinar permanentemente para que todo trabajo esté bien hecho. Lo que ahora se denomina como la cultura de la excelencia y/o la cultura de la calidad total.

4
Pero también y obligatoriamente se debe aprender a planificar, pensar en cuidar bien ese dinero que llega para obras, razonar que en algún momento se va a terminar, que es obligatorio saberlo administrar. Para entender esto, nada mejor que leer:

“Quien se llevó mi queso”.
Es un libro de motivación, escrito y publicado en 1998 por Spencer Johnson. Describe el cambio en el trabajo y la vida, y cuatro típicas reacciones al citado cambio con dos ratones, dos "liliputienses", y sus búsquedas de queso.

Son cuatro personajes los protagonistas de la fábula: los ratones “Fisgón” y “Escurridizo” y los liliputienses “Hem” y “Haw” y sus búsquedas de queso en un laberinto que representa el mundo real. Los ratones buscan un queso simple, mientras que los liliputienses buscan un Queso con mayúscula que representa cualquier cosa que queramos alcanzar (la felicidad, el trabajo, el dinero, el amor).

Cada uno encontró un día su propia clase de queso en el depósito de Queso Q. Cada vez se sentían más cómodos y trasladaron sus hogares para estar más cerca y crear su vida social alrededor de ese lugar. Hem y Haw se sentían tan a gusto que no se dieron cuenta de que la provisión de queso disminuía cada día que pasaba.

Un día los ratones llegaron al depósito de Queso Q y descubrieron que no había queso. Los ratones se habían percatado de que cada día había menos queso y el cambio no los cogió desprevenidos. Instintivamente, se pusieron las zapatillas de correr y partieron en busca de Queso Nuevo.

Más tarde llegaron los liliputienses que no estaban preparados para descubrir que ya no había Queso. Mientras los ratones se habían puesto en marcha con rapidez, los liliputienses continuaban indecisos sin saber qué hacer. Volvieron a sus casas con hambre y desánimo. Regresaron al día siguiente al depósito para comprobar que el Queso seguía sin estar ahí.

Los ratones ya se habían puesto a buscar Queso Nuevo, finalmente llegaron al depósito de Queso N donde encontraron una gran reserva de Queso. Mientras, Hem y Haw seguían regresando cada día al depósito de Queso Q, limitándose a esperar. Un día se les ocurrió que quizás el Queso pudiese estar detrás de la pared por lo que al día siguiente abrieron un agujero en la pared del depósito de Queso Q pero no encontraron ningún Queso.

Un día Haw se calzó las zapatillas de correr y se dispuso a explorar el laberinto, pero no logró convencer a Hem para que lo acompañara. Durante algunos días fue encontrando un poco de Queso aquí y allá. Más tarde comprendió que el Queso del depósito de Queso Q no había desaparecido de repente, y que si se hubiese mantenido alerta el cambio no le habría cogido desprevenido. Buscando encontró algunos restos de queso, los llevó a Hem, le pidió que se uniera a buscar más queso pero nada. De manera que solamente él tuvo que seguir hasta que encontró Queso Nuevo en el depósito de Queso N.

Allí descubrió la presencia de los ratones que ya estaban ahí desde hacía un tiempo. Se saludaron y Haw se dedicó a probar sus Quesos favoritos. Haw pensó en volver al depósito de Queso Q y encontrar a Hem pero comprendió que ya había intentado que su amigo cambiara. Hem tendría que encontrar su propio camino.

Para evitar que el cambio le volviera a coger desprevenido Haw analizaba y comprobaba cada día el estado en que se encontraba su Queso y aunque disponía de grandes reservas realizaba salidas por el laberinto para explorar zonas nuevas y no aislarse en su zona de comodidad. En una de esas salidas escuchó un sonido de un movimiento en los recovecos del laberinto y pensó que podría ser Hem y confió en que quizá, por fin, su amigo fuera finalmente capaz de moverse, de buscar como él ese Queso Nuevo y disfrutarlo.

Quienes han comentado este libro han dicho: Excelente, interesante, y todo deberían preguntarse: ¿No parecen conocidos esos dos que no supieron prevenir y cuidar el queso?... Por favor, hay que leer ese libro, varias veces pues -con toda seguridad- servirá muchísimo para aprender a prevenir los cambios y a planificar.

5
Ahora, resulta también necesario que los candidatos o actuales gobernantes recuerden el valor que tiene la democracia, el darse la mano unos a otros, en respetar siempre las promesas que se hicieron en la campaña electoral, y en el mal uso que se da a eso que se llaman “las portátiles”, grupos de personas pagadas especialmente para aplaudir, aunque ellas no entiendan por qué ni para qué aplauden.

Esta es la lectura más recomendable:

La Rebelión en la Granja

George Orwell escribió esta novela satírica, acerca de un grupo de animales en una granja, de donde expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en una tiranía brutal.

La Rebelión en la granja” constituye una sátira sobre la corrupción del socialismo soviético en los tiempos de Stalin. Además, la obra constituye un análisis sencillo a la vez que formidable de la corrupción que engendra el poder, en cualquier nivel. Así, la obra posee un doble nivel de profundidad, lo que hace posible que el mensaje del libro trascienda el caso particular del régimen soviético y sea captado incluso por niños que ni siquiera conocen la historia de la URSS. Esto ha llevado a que el libro haya sido utilizado como herramienta educativa aún en los primeros años de la escolaridad.

Esta es una síntesis:

Los animales de la granja, alentados un día por el viejo cerdo Mayor, que antes de morir explicó a todos los animales su visión, llevan a cabo una revolución en la que consiguen expulsar al señor Jones y crean sus propias reglas que escriben en una pared.

1.           Todo lo que camine en dos piernas es un enemigo.

2.           Todo lo que camine sobre cuatro patas o tenga alas es amigo.

3.           Los animales no deben usar ropa.

4.           Ningún animal debe dormir en una cama.

5.           Ningún animal beberá alcohol.

6.           Ningún animal matará a otro animal.

7.           Todos los animales son iguales.

Al principio la granja fue más próspera incluso que cuando el señor Jones la administraba, pero con el paso del tiempo, los cerdos, que se habían autoerigido como líderes por ser más inteligentes, empiezan a abusar de su poder y manipulan los mandamientos en su favor.

Dos de estos cerdos, Snowball y Napoleón, se muestran como los líderes, pero empiezan a mostrar diferencias que acaban cuando Napoleón lanza a los perros contra Snowball, que huye de la granja. A partir de ese momento Napoleón se erige como único líder, manteniendo a todos los animales bajo su dictadura, mediante la amenaza de los perros, y poco a poco los cerdos acabarán adoptando todos los defectos del hombre por los cuales iniciaron la revolución. A lo largo de la novela, se efectúan ciertos cambios en los Siete Mandamientos, que "justifican" las medidas que toma Napoleón:

  • Ningún animal dormirá en una cama: Se cambió por “Ningún animal dormirá en una cama con sábanas”

  • Ningún animal beberá alcohol: Se cambió por “Ningún animal beberá alcohol en exceso”

  • Ningún animal matará a otro animal: Se cambió por “Ningún animal matará a otro animal sin motivo”

Así, fueron modificándose los mandamientos originales, hasta que el único mandamiento que quedó escrito fue  el sétimo, pero convenientemente modificado:

  • Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.

Ahora bien… ¿A quién y/o a quiénes satirizó George Orwell en esta obra literaria? ¿A quién o a quiénes representa (n) cada uno de los animales de la granja? … Con la lectura de este libro se identificarán a varias autoridades, funcionarios y hasta trabajadores actuales y anteriores con los cerdos que gobernaron la granja. Por supuesto que también se identificarán a varios (as) de los “dirigentes” y hasta el comportamiento de los mismos lectores de la obra.

Por ahora, basta con decir que Boxer, el caballo, siempre convencido de trabajar más y traicionado a pesar de ello, representaría al proletariado. Las ovejas, analfabetas y acríticas con el régimen, personifican al campesinado. El cuervo (Moses) representa a la Iglesia Ortodoxa, habla del cielo de los animales y recibe trato de favor de los humanos ya que cumple una labor de aborregamiento. El burro (Benjamín) representa a la clase intelectual, quienes son conscientes de las manipulaciones pero no toman cartas en el asunto, limitándose a observar sin intervenir. Los perros representan la policía secreta y su brutalidad. En tanto que hay hasta un cerdo (Mínimus), que es poeta. También en esta obra se muestra de una manera muy cruda la relación entre animales y seres humanos, dándole a los primeros una personalidad, y poniéndolos al mismo nivel intelectual y racional que el hombre, para lograr representar la brutalidad sufrida por ellos.

Entonces, hay que conseguir ese libro, leerlo cien veces, comentarlo entre los amigos, aprender a no ser como las ovejas, que en las asambleas primero gritaban (como las portátiles de ahora) “Cuatro patas si, dos patas no”… y, después, cuando la revolución se fue degenerando gritaban “Cuatro patas si, dos patas pueden ser” hasta que terminaron como los humanos.

6
Se ha avanzado en dar ejemplos sobre la lucha contra la corrupción, el valor de hacer las obras bien hechas, reconocer el valor de la solidaridad, la democracia; que el poder mal utilizado engendra corrupción, peor si los gobernantes son re.re.reelegidos. Entonces, ahora, es recomendable trasladar la visión a otra realidad, que está en este mismo mundo, pero que (con seguridad) no se conoce ni siquiera  por la lectura.

La invitación a leer:

“El País de las sombras largas” de Hans Ruesch: El mismo que trata sobre lo que sucede en el Polo Norte, en la Siberia, donde la mejor temperatura del año bordea cero grados, el punto de congelación del agua. En ese cruel medio para la vida humana, es posible llegar a -70º C, también es preciso saber que seis meses hay luz solar y los otros seis meses son de total oscuridad, ¿frutas?, ¿verduras”, ¡Que va! eso es imposible, la única comida es carne cruda, putrefacta y congelada, en diversas variantes: oso, nutria, morsa, pescado, etc.

Por miles de años, hasta 1920, el polo norte fue asiento de los esquimales; llegó  Gunnar Amundsen, a lomo de trineo, y descubrió la vida humana en aquellas heladas tierras. El autor de la obra aquí analizada: Hans Ruesh, abandona su vida urbana, en Italia, para radicar en diversos lugares del polo, traba amistad con sus habitantes, los sigue en su constante peregrinar, come como ellos, vive como ellos, ama como ellos, y en esa maravillosa obra, nos describe el día a día de una familia esquimal, sus costumbres: “no se bañan nunca, su manjar preferido es el seso putrefacto del oso, así como los ojos de las focas; cuando llega un amigo al iglú, su dueño debe prestar su mujer al amigo que llega”; pero quizás, lo más importante es la descripción de cómo llegan los representantes empresariales, la iglesia, la ley y el dios del mundo moderno, amén del dinero, las transacciones mercantiles, el empleo y el salario.

Aquí se entenderá el valor de la organización, cómo ingresar a un iglú a oscuras, donde no se puede encender un mechero pues se derretiría el iglú, sentarse en un bloque de hielo que sirve de silla, otro bloque que es una mesa, moverá la mano derecha y encontrará un cuchillo, subirá la mano con el cuchillo y encontrará carne, la podrá cortar, la podrá comer, y luego dejará el cuchillo en el mismo sitio, para cuando otro ingrese a ese iglú, también encuentre el cuchillo y la carne en el mismo sitio. Un ejemplar modelo de disciplina, y además un ejemplo del gran valor que tiene la organización.

La lectura de esta obra nos transportará a un mundo nuevo, distinto, inimaginable, para nuestra percepción, pero además, permite “ver” la instauración del sistema capitalista en el polo norte y la consecuente destrucción de formas de vida, desarrolladas a lo largo de miles de años. Los esquimales, siempre mataron para comer y sobrevivir, en cambio el capitalismo requiere excedentes económicos, por los cuales, depreda a la naturaleza, y las consecuencias las pagaremos todos.

Este libro, será difícil encontrarlo en librerías; sin embargo, está el Internet. Por ese medio se encuentra y puede asegurarse que su contenido tiene un enorme valor para los que pretenden ser autoridades en este mundo ya conocido, sin entender que hay más conocimientos en otros lugares desconocidos, de quienes puede lograrse muy buenas enseñanzas.

7
Para quienes se sorprendan sobre el por qué se recomienda leer una obra acerca de “un mundo distinto”, valga la pena recordar que precisamente, los países que han avanzado (Han progresado) son aquellos que han comprendido que no basta con mirar la imagen que está frente a los ojos, sino que hay que investigar, hay que profundizar el análisis, hay que mirar de otra manera. Para eso se recomienda la obra “Pensar al revés” escrita por Benjamín Coriat, como una forma de entender mejor el avance y la superación de los japoneses, hoy una potencia económica mundial pese a que su país terminó “en cenizas” por la 2da. Guerra Mundial.

Con esa lectura se entenderá como los empresarios japoneses piensan al revés de como piensan los occidentales. Esa es (por ejemplo) la tesis del director de la Toyota. Los occidentales producen cantidades enormes de mercancías iguales con altos costos; los japoneses, cantidades limitadas de productos variados a bajos costos”. El secreto es la productividad. Ni exceso de hombres ni exceso de equipo ni exceso de existencias: fábricas mínimas pero flexibles. Deshacerse de todo lo superfluo, y sobre todo ¡DIRIGIR CON LOS OJOS!, además de un especial sistema de empleo basado en el empleo de por vida, el mejor salario considerando la antigüedad y el sindicalismo cooperativo de empresa.

Las autoridades  actuales o postulantes, en base a la lectura de lo mencionado, podrán entender mejor por qué no se progresa en los países occidentales o latinoamericanos, o más concretamente en el Perú: Mucho tiene que ver la cultura, aquella que ya es una exigencia elevarla, de manera impostergable, y participando todos en esa causa.

No se presenta una síntesis de esta obra, sería demasiado para este librito. Mejor se deja la semilla de la curiosidad, con la completa seguridad que su lectura hará reflexionar sobre la necesidad de mirar de otra manera; con mayor razón sobre la forma en que se viene trabajando en los gobiernos locales, teniendo en cuenta el trato que reciben por ejemplo los trabajadores obreros, los cuales merecen una mejor consideración, en concordancia con los años de experiencia que tienen.

Pero seguirá la interrogación, ¿por qué unos países son desarrollados y ricos, y otros son subdesarrollados y pobres? Por eso, debe recordarse las diez actitudes esquemáticas que, desde tiempo se afirma son Las bases del desarrollo y la riqueza”, y son las siguientes:

1)   Orden,
2)   Limpieza,
3)   Puntualidad,
4)   Responsabilidad,
5)   Deseo de superación,
6)   Honradez,
7)   Respeto al derecho de los demás,
8)   Respeto a la ley y a los reglamentos,
9)   Amor al trabajo, y
10)              Afán por el ahorro y la inversión.

8
Casi terminando este capítulo, porque posiblemente ya  habrá quienes muestren su cansancio. Se presenta otra obra, dedicada a quienes postulan invirtiendo hasta su alma, con la esperanza de recuperar lo gastado en la campaña electoral cuando lleguen al poder. Cuidado, no siempre hay que confiarse. Un buen ejemplo es:

La Palabra del Mudo” del gran Julio Ramón Ribeyro.

En un capítulo, “El Banquete”, se recuerda que don Fernando Pasamano, quien con dos meses de anticipación, había preparado los pormenores de un banquete al Presidente. Para ello tuvo que transformar su residencia, echó abajo algunos muros, agrandó las ventanas, cambió la madera de los pisos y pintó de nuevo todas las paredes. Esta reforma trajo consigo otras y (como esas personas que cuando se compran un par de zapatos juzgan que es necesario estrenarlos con calcetines nuevos y luego con una camisa nueva y luego con un terno nuevo y así sucesivamente hasta llegar al calzoncillo nuevo) don Fernando se vio obligado a renovar todo el mobiliario, desde las consolas del salón hasta el último banco de la repostería. Luego vinieron las alfombras, las lámparas, las cortinas y los cuadros para cubrir esas paredes que al estar limpias parecían más grandes. Finalmente, como dentro del programa estaba previsto un concierto en el jardín, fue necesario construirlo. En quince días, una cuadrilla de jardineros japoneses edificaron, en lo que antes era una especie de huerta salvaje, un maravilloso jardín rococó donde había cipreses tallados, caminitos sin salida, laguna de peces rojos, una gruta para las divinidades y un puente rústico de madera, que cruzaba sobre un torrente imaginario.

Pero, faltaba pensar en el menú. Don Fernando y su mujer, convocaron a sus parientes a un consejo especial, hizo una encuesta en los principales hoteles y restaurantes de la ciudad y así pudo preparar el banquete con manjares y vinos que fueron necesarios encargar por avión. Se coordinó con 40 mozos, dos orquestas, un cuerpo de ballet y un operador de cine. Había invertido toda su fortuna; pero, al fin de cuentas, todo dispendio le parecía pequeño para los enormes beneficios que obtendría de esta recepción. – “Con una embajada en Europa y un ferrocarril a mis tierras de la montaña rehacemos nuestra fortuna en menos de lo que canta un gallo (decía a su mujer). Yo no pido más. Soy un hombre modesto”.“Falta saber si el presidente vendrá” (replicaba su mujer) - . En efecto, había omitido hasta el momento hacer efectiva su invitación. Le bastaba saber que era pariente del presidente. Sin embargo, aprovechó su primera visita a palacio para asegurar la invitación y lo logró: El Presidente ofreció llegar a su residencia.

El día del banquete, primero llegaron los soplones, investigadores, agentes secretos. Luego fueron llegando los ministros, parlamentarios, diplomáticos, hombres de negocios, hombres inteligentes. Un portero les abría la verja, un ujier los anunciaba, un valet recibía sus prendas y don Fernando, en medio del vestíbulo, les estrechaba la mano, hasta que llegó el presidente.

Se bebieron cuarenta cajones de whisky, todos los vinos blancos, luego los vinos tinto. A mitad del Banquete, Don Fernando, encontró el momento propicio para hablar con el ilustre invitado, le deslizó al oído su modesta propuesta. – “Pero no faltaba más (replicó el presidente). Justamente queda vacante en estos días la Embajada de Roma. Mañana, en Consejo de Ministros, propondré su nombramiento, es decir, lo impondré. Y en lo que se refiere al ferrocarril sé que hay en Diputados una Comisión que hace meses discute ese proyecto. Pasado mañana citaré a mi despacho a todos sus miembros y a usted también, para que resuelvan el asunto en la forma que más convenga”. Una hora después el presidente se retiraba, luego de haber reiterado sus promesas.

A las tres de la mañana quedaron solos don Fernando y su mujer. Cambiando impresiones, haciendo auspiciosos proyectos, habían invertido su fortuna, pero no importaba, ya recuperarían con ese cargo de Embajador y la construcción del Ferrocarril, y se fueron a dormir.
A las doce del día, don Fernando fue despertado por los gritos de su mujer, quien ingresaba con un periódico abierto entre las manos. Arrebatándoselo, leyó los titulares y, sin proferir una exclamación, se desvaneció sobre la cama. En la madrugada, aprovechándose de la recepción, un ministro había dado un golpe de estado y el presidente había sido obligado a dimitir.

9
Pese a la enseñanza de “El banquete”, y tan severa advertencia, habrá quienes seguirán postulando a un cargo público, algunos ganarán y buscarán recuperar lo invertido, otros terminarán en la ruina. Lo más grave sucede cuando son Autoridades y pretenden perpetuarse en el poder: A esos se les llama Dictadores.

Para ellos la invitación a leer esa monumental obra:

“El Otoño del patriarca” de Gabriel García Márquez.

Publicada en 1980, “El otoño del patriarca” relata la vida de un dictador que muere viejísimo. Hijo de una mujer del pueblo, única persona a quien quiso de verdad; no supo quién fue su padre; su primera infancia transcurrió en la miseria y llegó a dictador, después de varias contiendas y golpes de estado.

Ya en los últimos años de su vida, el endeudamiento del país le obliga a vender incluso el mar a los "gringos". Toda su vida es una continua zozobra para conservar el poder, cosa que hace sin contemplaciones, pues "el único error que no puede cometer ni una sola vez en toda su vida un hombre investido de autoridad y mando es impartir una orden que no esté seguro de que será cumplida". Sus represiones son crueles y totales, ya que "todo sobreviviente es un mal enemigo para toda la vida". Se niega a pensar en lo que vendrá después de él porque "ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres... porque éstos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo".

Al final, "más solo que nunca", morirá de muerte natural y lo encontrarán medio comido por los gusanos. El autor intenta transmitir a sus lectores el sentimiento de soledad que embarga al dictador y pone en evidencia las atrocidades a que puede conducir un poder sin límites.

Es importante advertir que la lectura de esta novela es muy difícil, porque García Márquez solamente usa comas y puntos seguidos, ningún punto aparte, salvo al final de capítulo; pero, gracias a su estilo brillante, el autor consigue dar vivacidad y colorido al relato y hacer llegar su mensaje al lector.

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Para terminar, vale la pena leer (O volver a leer) esas obras que los profesores entregaban como tarea cuando se estudiaba educación secundaria o superior: “El Mundo es Ancho y Ajeno” de Ciro Alegría; “Todas las Sangres” de José María Arguedas; “7 ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana”, de José Carlos Mariátegui; “Tungsteno” y “Paco Yunque” de César Abraham Vallejo Mendoza; “Principios Elementales De Filosofía” de Georges Politzer; “El Origen de la Familia, La Propiedad Privada y el Estado”, y “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre” de Federico Engels; “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez, y por supuesto: “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra; y el “Lazarillo de Tormes” de autor anónimo.
Con todas estas lecturas (las autoridades actuales o postulantes) podrán tener mejores herramientas  para desempeñarse correctamente, podrán entender con una mayor claridad el Perú y su problemática social, la obligación de trabajar con todas las razas, con igualdad y equidad de género, con inclusión y sin discriminaciones para nadie. Además, sorprenderá lo escrito por José Carlos Mariátegui en sus “7 ensayos”; pero más que nada, aprenderá cómo nace la familia, cómo nace esto que se llama Estado, el nacimiento y desarrollo de la propiedad privada, y quedará convencido que los monos son los parientes más cercanos del hombre, aunque ellos pueden terminar siendo más inteligentes que los humanos. Si no creen, vuelvan a ver los videos de “El Planeta de los Simios” en sus seis capítulos.

En “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” hay un capítulo que se llama “EL QUIJOTE Y CONSEJOS DEL BUEN GOBIERNO”, consejos sabios que el protagonista da a su escudero Sancho, cuando va a gobernar la ínsula de Barataria. Estos consejos, si se analizan adecuadamente, tienen vigencia permanente.

Además, se recomienda: “La Vaca” del Dr. Camilo Cruz, y “El Secreto de las Siete Semillas” de David Fischman. Ah, y por supuesto, también sugiero seguir leyendo este librito.


El libro es fuerza, es valor
es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento
y manantial del amor.

(Rubén Darío).